Republicano, fraile y presidente del Madrid 1u6c36

Por Miguel ngel Lara

Final de Copa en 1936 entre Madrid y Barcelona en Valencia

Poco despus del medioda del jueves 2 de abril de 1964, en una celda del convento de los Dominicos de Villava (Navarra), se apag la vida de Rafael Snchez-Guerra. Muri acompaado por su hija Rosario y sus hermanas (Emilia, Mara y Constancia) despus de pedirles con su ltimo hilo de voz que rezaran junto a l una Salve que no lleg a completar. Se iba una vida de pelcula, la de un hombre que combati en la Guerra de frica, un republicano convencido pesadilla de Primo de Rivera y que se neg a abandonar Madrid durante la Guerra Civil, secretario de la Presidencia de la Repblica, preso franquista, fraile… y presidente del Real Madrid.

Nacido en Madrid el 28 de octubre de 1897, Rafael era hijo de Jos Snchez Guerra, presidente del Consejo de Ministros entre diciembre y marzo de 1922 y ministro en diferentes carteras durante el reinado de Alfonso XIII como miembro del Partido Liberal Conservador, adems de gobernador del Banco de Espaa. Apasionado por el ftbol desde nio, Rafael estudi en el Colegio del Pilar, cuna de polticos y tambin de jugadores del Madrid. En sus aulas conoci a Rne Petit. Licenciado en derecho, hizo del periodismo una de sus formas de vida.

En 1918 fue llamado a filas y pidi su ingreso voluntario en los Regulares para combatir en Marruecos. As, pas a formar parte de los Regulares. El 23 de julio de 1921 fue herido gravedad en el barranco de Farhana, a tres kilmetros de Melilla, en la pierna izquierda. Tras mes y medio de recuperacin en un balneario de San Sebastin, pidi su regreso a frica, donde permaneci hasta septiembre de 1923. Como herido de gravedad habra podido evitar la vuelta al frente africano.

De regreso a Madrid, con 26 aos, se entreg de manera total a la causa republicana desde sus ideas conservadoras. Junto a su padre tom parte activa del levantamiento republicano fracasado de 1929 y sus artculos en ABC y otras publicaciones fueron un azote para el dictador, Primo de Rivera. Hombre de confianza de Niceto Alcal Zamora y gran amigo de Julin Besteiro y Miguel Maura, fue elegido concejal por Madrid en las elecciones del 12 de abril de 1931, las que acabaron con la proclamacin de la II Repblica. l fue la persona que apareci en el balcn del Ayuntamiento de Madrid (hoy sede de la Comunidad en la Puerta de Sol) exhibiendo la bandera republicana el 14 de abril.

Rafael Snchez-Guerra fue Secretario de Presidencia de la Repblica desde la llegada al poder de Alcal Zamora hasta la victoria del Frente Popular en 1936. Durante ese tiempo tambin alcanz su sueo de ser presidente del Real Madrid. Tras no superar la fuerte oposicin de las fuerzas ms conservadoras del madridismo en 1933, dos aos despus, con su entonces amigo Santiago Bernabu claramente en contra, lleg a la presidencia. La renovacin de la masa social blanca, una fuerte abstencin en la votacin de los ms conservadores, un buen acuerdo con el Banco Urquijo y la presencia en su junta de dos pesos pesados de la anterior (Valerio Ribera y Gonzalo Aguirre) le dieron una clara victoria con 442 votos a favor.

Su llegada a la presidencia fue un soplo de aire fresco para el Madrid. Snchez-Guerra impuls la idea que llamaba "ftbol a peseta" para hacer del equipo blanco un fenmeno de masas. Gracias a l, y para horror de los ms antiguos, cada socio tuvo derecho a voto. Con los fichajes de Lecue, Kellemen y Alberty, el Madrid gan la ltima Copa de la Repblica (al Bara en Mestalla) y su presidente lanz el proyecto de levantar un gran estadio en la calle de Alcal, frente a la plaza de toros. Pero el estallido de la Guerra Civil acab con aquel sueo.

El levantamiento liderado por Franco, del que siempre dijo que "no tienen ni tendr ningn valor intelectual", hizo que el Madrid pasara a ser gestionado por el Frente Popular. El 4 de agosto el club pas a ser dirigido por una junta encabezada por Juan Jos Vallejo, presidente de la Federacin Deportiva Obrera. Snchez Guerra desapareca del club.

A pesar de que se le ofreci huir de Madrid e irse con el gobierno a Valencia, Snchez Guerra se neg. "Decid permanecer en Madrid porque mi identificacin era con el pueblo", escribi aos despus. A pesar de su posicin de republicano conservador, fue siempre respetado por socialistas y comunistas. Nunca ocult su desacuerdo con ciertos comportamientos y no dud en criticar a ciertos dirigentes extremistas instalados en la capital a los que consideraba desertores del frente y cobardes por haber abandonado a sus compaeros para refugiarse en despachos. Durante la defensa de Madrid tuvo cargo de oficial en el Ejrcito de la Repblica.

Cercano siempre a Besteiro, era habitual verle por Madrid con Antonio Ortega, coronel comunista, miembro de la directiva del Madrid durante la guerra y que muri ejecutado a garrote vil en Alicante al tomar esta ciudad las tropas franquistas. Y, sobre todo, fue hombre de confianza del coronel Segismundo Casado, el hombre que trat de alcanzar una paz negociada con Franco.

Imagen de Madrid el da de la proclamacin de la II Repblica.

El 28 de marzo de 1939, a primera hora, son el telfono de la casa de Snchez Guerra en el nmero 18 de la Claudio Coello. Era Casado. Despus de haber dominado Madrid en el llamado 'golpe casadista' contra los comunistas de Negrn con el fin de evitar el ltimo impuso prosovitico y fracasar en las negociaciones para una rendicin pactada con Burgos, Casado decidi huir a Ganda. Cit a Snchez-Guerra en el Ministerio de Hacienda, donde le inform de sus intenciones y le pidi que se fuera con l. El dilogo fue breve. "Qu hace Besteiro?", pregunt Rafael. "Se queda" dijo Casado. "Pues no hay ms que hablar. Yo tambin", espet el ex presidente blanco. Besteiro queda en Madrid como mxima autoridad republicana y como tal tena que entregar la capital a las tropas franquistas. Entre Besteiro y Snchez Guerra, ya con todo perdido, tomaron la simblica decisin de nombrar ltimo alcalde del Madrid republicano a un anarquista: Melchor Rodrguez Garca.

All, en Hacienda esper Snchez-Guerra la detencin. Despus de no reconocer a una pareja de jvenes requetes, tuvo que ser la Guardia Civil la que le llevara a la crcel de Porlier y de all a la de las Salesas. El 9 de junio de 1939 conoci su condena. En ella se explicaba que lo natural, por la fidelidad la Repblica, era la pena de muerte, pero que se cambiaba por la "reclusin permanente" por su denuncia y postura en el asesinato de Jos Calvo Sotelo el 13 de julio de 1936, adems de un catolicismo al que nunca renunci.

Arranc all su recorrido por varias crceles franquistas en las que vio el horror, conoci la corrupcin del padre Elas en el Castillo de Cullar (ni eso le hizo dudar de sus convicciones religiosas) o escuch con estupor como un comerciante al que le toc atender en un una sala de espera al tener trabajo de ofician le explicaba que vena a vender una mquina capaz de matar a 3.000 presos en media hora.

A finales de 1941, cuando en el Penal del Puerto de Santa Mara se haba convertido en el lector de libros para los presos que no saban leer (les estaba leyendo 'Disraeli', de Andr Maurois), le lleg la libertad gracias a las gestiones de su primo hermano, Antonio Barroso Snchez-Guerra, ministro el Ejrcito. Fue detenido de nuevo, pero logr escapar y cruzar la frontera sa en 1946.

En Pars se le nombr Ministro de la Repblica en el Exilio. La muerte de su mujer, Rosario, a la que consider siempre la gran vctima de su vida, le hizo caer en una profunda depresin. A principios de 1960, de nuevo su primo hermano intercedi para que pudiera volver a Espaa. Franco exigi garantas y llegaron con su ingreso en febrero en el Noviciado de Hermanos Cooperadores de Villava, donde recibi el Hbito de Honor.

All encontr la paz que buscaba… y el ftbol. A pesar de su edad, volvi a tocar la pelota y dirigi los partidos entre los novicios. Un ao antes de su muerte, el 6 de abril de 1963, le avisaron que tena visita, algo que no era frecuente. Cuando sali se encontr con Santiago Bernabu y todo la expedicin del Real Madrid que al da siguiente jugaba con Osasuna en Pamplona (1-1, Hormaechea y Puskas). Fue idea del presidente blanco, que haba combatido en el bando rebelde durante la guerra y del que le haba separado un mundo desde aquellas elecciones madridistas de 1935. "Nunca lo hubiera podido imaginar" dijo Snchez Guerra cuando Bernabu abandon el convento junto a Miguel Muoz, Puskas, Gento, Amancio, Mller, Pachn y compaa.